Los educadores dedican mucho tiempo a enseñar a los demás cómo afecta la EPOC a los pulmones. Sabemos que la EPOC puede causar problemas respiratorios por un par de razones. Las vías respiratorias pueden estar constantemente inflamadas, lo que hace que el aire que sale de los pulmones quede bloqueado o atrapado. O puede que los sacos de aire (alvéolos) hayan perdido su capacidad de liberar completamente el aire que contienen, lo que también puede atrapar el aire en los pulmones. Los síntomas más frecuentes pueden ser la falta de aire, la tos, la producción de mucosidad (esputo) y las sibilancias.
Sin embargo, es importante saber cómo la EPOC puede afectar al resto del cuerpo más allá de los pulmones. La comunidad médica denomina "sistémica" a la forma en que todo el cuerpo responde a una enfermedad. Al conocer esta información, puede adoptar un enfoque proactivo para controlar su cuerpo y explorar los problemas que puedan surgir.
Nutrición
La pérdida de peso no planificada afecta a cerca del 50% de las personas con EPOC. El principal tipo de tejido que se pierde en las personas con EPOC es el músculo, siendo la grasa el segundo. ¿A qué se debe esto? Cuando se padece EPOC, se utiliza más energía para respirar. Dado que las personas con EPOC utilizan más energía para respirar, queman más calorías en reposo que las personas con pulmones sanos. Además, el cuerpo utiliza calorías para combatir los brotes que se producen. Por ambos motivos, esto puede provocar una pérdida de peso no planificada en las personas con EPOC. Asegurarse de comer los alimentos adecuados puede ayudarle a tener energía, a combatir las infecciones y a sentirse mejor.
Corazón y vasos sanguíneos
La mayoría de las personas son conscientes de que en el cuerpo, el corazón y los pulmones trabajan en estrecha colaboración. Dado que esta relación es tan "estrecha", el corazón y los vasos sanguíneos pueden verse afectados cuando alguien tiene EPOC. Las personas que padecen EPOC tienen entre dos y tres veces más riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Las personas con EPOC deben colaborar estrechamente con su equipo de atención sanitaria para controlar su función cardíaca.
Cambios musculares
Como se ha mencionado anteriormente, la cantidad de músculo en el cuerpo puede verse afectada por la EPOC. Dado que la EPOC puede hacer que quienes la padecen tengan falta de energía, es posible que no se sientan con ganas de hacer ejercicio. Sin embargo, la escasa actividad puede causar "desgaste muscular" y dificultar la realización de las actividades cotidianas. (¡incluso para respirar!) La actividad diaria (junto con una dieta saludable) puede ayudar a los enfermos de EPOC a mantener su fuerza, darle más energía y sentirse mejor en general.
Debilitamiento de los huesos
La osteoporosis (una enfermedad que hace que los huesos se debiliten y sean propensos a romperse) puede ser común en las personas con EPOC. Esto puede ocurrir debido a que las personas con EPOC tienen un peso corporal bajo, antecedentes de tabaquismo, niveles bajos de vitamina D, uso de esteroides e inactividad. A menudo el debilitamiento de los huesos no se descubre hasta la primera lesión. Se recomienda que las personas con EPOC se sometan a controles rutinarios para detectar indicios de niveles bajos de vitamina D y a pruebas de detección de osteoporosis.
Preocupación y cambios de humor
Los sentimientos de preocupación y depresión son habituales en las personas con EPOC. Si estos sentimientos no se abordan, pueden provocar más problemas con la EPOC, como reagudizaciones, aumento de las estancias en el hospital y dificultad para realizar las actividades cotidianas. Al saber que los sentimientos de preocupación y tristeza son comunes, se recomienda que las personas con EPOC hablen con su equipo de atención sanitaria si aparecen estos sentimientos.
Aunque parezca que la EPOC puede causar problemas en todo el cuerpo, vigilar y mantenerse conectado con el equipo de atención médica puede contribuir en gran medida a la prevención. Si tiene EPOC, hable con su proveedor de atención sanitaria sobre cómo puede tomar más medidas para evitar los problemas asociados a su enfermedad. Un buen plan de salud y bienestar podría ser el primer punto de partida.
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